Rodrigo Paz, nuevo presidente de Bolivia: “Reabrir relaciones con EE.UU. nos permite resolver problemas con mayor rapidez”

Con el 54 % de los votos en segunda vuelta, Rodrigo Paz se convierte en el nuevo presidente de Bolivia, marcando el inicio de una etapa política que busca alejarse de los extremos ideológicos. Su propuesta se basa en tres pilares: “capitalismo para todos”, eliminación del “Estado tranca” y fortalecimiento de las autonomías regionales.
En medio de una crisis económica, Paz promete garantizar el suministro de combustible desde el 8 de noviembre, fecha en la que asumirá el cargo. Para ello, ha iniciado conversaciones con países vecinos como Brasil, Argentina, Paraguay y Estados Unidos, con el objetivo de establecer una logística eficiente para un país sin salida al mar.
Uno de los puntos centrales de su agenda internacional es la reapertura de relaciones diplomáticas con Estados Unidos, suspendidas desde 2008. Según Paz, este paso facilitará el acceso a organismos multilaterales y permitirá resolver desafíos económicos de forma más inmediata. “Queremos llevar a Bolivia al mundo y traer el mundo a Bolivia”, afirmó en entrevista con BBC Mundo.
Un liderazgo centrado en el equilibrio
Tras una victoria que pocos anticipaban antes de la primera vuelta, Paz se mostró sereno y agradecido. “Bolivia necesita equilibrio, consensos y firmeza”, declaró. Ante el pedido de auditoría por parte del partido de Jorge Tuto Quiroga, el presidente electo defendió la transparencia del proceso electoral y llamó a mirar hacia adelante.
Su triunfo no solo dejó atrás al Movimiento al Socialismo (MAS), sino también a figuras relevantes de la oposición como Quiroga y el empresario Samuel Doria Medina. Para Paz, la clave fue ofrecer una alternativa de centro político, alejada de la polarización entre izquierda y derecha. “La gente entiende que de ideologías no se come, sino trabajando y produciendo”, señaló.
Capitalismo para todos y formalización económica
Paz propone un modelo económico que reconozca la realidad del país, donde más del 80 % de los trabajadores se encuentran en la informalidad. Su plan incluye reducir impuestos y facilitar el acceso al crédito para incentivar la formalización. “No se trata de combatir la informalidad, sino de hacer que ser formal sea más barato”, explicó.
También denunció que cerca de US$9.600 millones circulan sin declarar dentro del país, y que otros US$7.000 millones de empresas bolivianas no han retornado por falta de confianza en el Estado. Su estrategia busca generar garantías para que esos r
ecursos se orienten a la producción, el comercio y la inversión.
En cuanto al rol del Banco Central, Paz aseguró que dejará de ser “caja chica del Gobierno” y se convertirá en una institución con recursos propios, incluyendo créditos ya aprobados por más de US$3.500 millones.
Relaciones regionales y gobernabilidad
El presidente electo ha establecido contacto con más de 14 mandatarios latinoamericanos y ha pedido que las visitas oficiales incluyan empresarios, en señal de que Bolivia está abierta a la inversión. Prometió trabajar desde el Parlamento en la seguridad jurídica para atraer capital extranjero.
Aunque su partido tiene mayoría en ambas cámaras, Paz hizo un llamado a la Alianza Libre de Quiroga para construir consensos. “La patria necesita de todos. El que no quiera estar, no será por falta de apertura del gobierno”, afirmó.
Sobre su relación con el vicepresidente electo Edman Lara, reconoció que no fue su primera opción, pero confía en que será un buen compañero de gestión.
Justicia independiente y caso Evo Morales
Consultado sobre la acusación formal contra el expresidente Evo Morales por trata agravada de personas, Paz fue claro: “La justicia debe actuar con independencia. Nuestro gobierno no intervendrá en sus decisiones”.
Con este enfoque, Rodrigo Paz inicia su mandato con la promesa de reconstruir la institucionalidad, abrir el país al mundo y devolver la confianza a los ciudadanos y al sector productivo.




