Tras 43 días, se levanta el cierre más largo del gobierno federal en la historia de EE. UU.
El cierre del gobierno estadounidense, que se extendió por 43 días, llegó a su fin con la firma del presidente Donald Trump en el proyecto de ley de financiación. Los empleados federales volverán a recibir sus salarios, los parques nacionales reabrirán y los servicios públicos retomarán su funcionamiento. Aunque el país recupera cierta normalidad, persiste la pregunta: ¿qué se obtuvo políticamente tras semanas de parálisis institucional?
La estrategia demócrata y sus límites.
El cierre fue provocado por la negativa de los senadores demócratas a respaldar una medida republicana de financiación temporal. A pesar de ser minoría, utilizaron tácticas parlamentarias para exigir la prórroga de subsidios al seguro médico para ciudadanos de bajos ingresos, que vencían a fin de año.
Sin embargo, cuando algunos demócratas decidieron apoyar la reapertura, el resultado fue limitado: solo se obtuvo la promesa de una futura votación en el Senado sobre los subsidios, sin garantías de respaldo republicano ni avances en la Cámara de Representantes.
Tensiones internas en el Partido Demócrata.
El desenlace generó fuertes críticas dentro del propio partido. Sectores progresistas acusaron al líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, de haber cedido sin obtener concesiones reales. Algunos lo señalaron como cómplice de la reapertura o lo calificaron de ineficaz en la negociación.
