Una figura emergente que busca ampliar el respaldo de la izquierda chilena

Jeannette Jara, candidata presidencial del Partido Comunista, cerró su campaña con un gesto que define su estilo: frente a cánticos encendidos del público, respondió con un llamado a la moderación. “Hagamos que nuestra campaña, en vez de descalificar, abrace”, dijo ante miles de simpatizantes. Su mensaje apunta a un electorado más amplio, consciente de que para ganar la segunda vuelta del 14 de diciembre necesita trascender su base tradicional.
En la primera vuelta, Jara obtuvo el 26 % de los votos, superando por estrecho margen al derechista José Antonio Kast, quien alcanzó el 24 %. Sin embargo, no logró consolidar el 30 % que buscaba, y ahora enfrenta el desafío de atraer votantes indecisos y moderados, especialmente en un contexto marcado por preocupaciones sobre seguridad e inmigración.
Una campaña marcada por el pragmatismo.
Las encuestas indican que los votos de Evelyn Matthei y Johannes Kaiser —que suman un 27 %— se inclinarán hacia Kast. Por eso, Jara necesita conquistar parte del 19 % que respaldó al economista Franco Parisi, un electorado más volátil y menos ideologizado.
A lo largo de la campaña, Jara ha mostrado una imagen distinta a la que suele proyectar su partido. Sus simpatizantes la describen como cercana, práctica y consciente de los problemas cotidianos. Su propuesta de garantizar un ingreso mínimo de 700 dólares mensuales refleja esa vocación por lo concreto.
Trayectoria y respaldo político.
Exministra del gobierno de Gabriel Boric, Jara ha sabido capitalizar su experiencia en gestión pública. Su victoria en las primarias de la izquierda fue contundente, y cuenta con el respaldo de figuras como Boric y Michelle Bachelet. Aunque no parte como favorita en la segunda vuelta, su perfil moderado y su historia personal —de origen popular y formación sindical— le han permitido conectar con sectores diversos.




