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Daniel Noboa, quiere ser el Bukele de Suramérica

Ecuador está copiando la guerra de Bukele en El Salvador contra las pandillas, pero solo se sumará a la espiral de violencia

El presidente electo de Ecuador se inspira en el modelo de El Salvador de Bukele para combatir la violencia y el crimen organizado. Pero, asediados por el crimen organizado, pueden estar dispuestos a pasar por alto un giro hacia el autoritarismo.

¿Quién es Daniel Noboa y qué propone para Ecuador?

Noboa es un abogado y político ecuatoriano y nobel en la presidencia de Ecuador. Noboa es el líder del movimiento Creo, que se define como una fuerza de centroderecha, liberal y progresista. El ahora presidente ha sido diputado, ministro de Justicia y vicepresidente de Ecuador, y ha participado en varias misiones internacionales de paz y derechos humanos.

Noboa propone para Ecuador un plan de gobierno basado en cuatro ejes: reactivar la economía, fortalecer la democracia, mejorar la educación y la salud, y reducir la pobreza y la desigualdad. Sin embargo, el tema que más destaca en su campaña es el de la seguridad ciudadana, que considera una prioridad nacional.

Noboa afirma que Ecuador vive una situación de emergencia, debido al aumento de la violencia y el crimen organizado. Para enfrentar este problema, Noboa se inspira en el modelo de El Salvador, que ha logrado reducir drásticamente los índices de homicidios y extorsiones, gracias a la gestión del presidente Nayib Bukele.

Este, ha aplicado una política de mano dura contra las pandillas y el narcotráfico. Noboa dice que quiere ser el Bukele de Suramérica, y que tiene una buena relación con el mandatario salvadoreño, al que considera un ejemplo y un aliado.

Noboa quiere ser Bukele.
El enfoque de Noboa en Ecuador parece estar parcialmente inspirado en la mano dura del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, contra las pandillas en ese país.

¿Qué resultados ha tenido el modelo de El Salvador y qué riesgos implica?

El modelo de El Salvador ha tenido unos resultados impresionantes, que han sorprendido al mundo y han generado elogios y reconocimientos. Según las cifras oficiales, El Salvador pasó de tener una tasa de homicidios de 51 por cada 100 mil habitantes en 2018, a tener una de 3,5 en enero de 2024.

Esto significa que El Salvador dejó de ser el país más violento de América Latina, y se acercó a los niveles de países como México o Brasil. Además, El Salvador también redujo las extorsiones, los secuestros, los robos y los feminicidios.

El modelo de El Salvador se basa en una estrategia denominada Plan Control Territorial, que consiste en desplegar a miles de policías y militares en las zonas más conflictivas del país. Justo allí, donde operan las pandillas como la Mara Salvatrucha o el Barrio 18.

El plan también incluye medidas de prevención, rehabilitación, inversión y desarrollo social, que buscan ofrecer oportunidades y alternativas a los jóvenes que están en riesgo de caer en la delincuencia.

Noboa quiere ser Bukele.
Los crecientes problemas de seguridad son un factor importante en el creciente desencanto de América Latina con la democracia.

Sin embargo, el modelo de Bukele, implica riesgos y desafíos

Y ya todo ya fue cuestionado y criticado por algunos sectores de la sociedad y de la comunidad internacional.

El uso excesivo de la fuerza y la violación de los derechos humanos, que han sido denunciados por organizaciones como Amnistía Internacional o Human Rights Watch. Mientras que, el debilitamiento de la institucionalidad y la separación de poderes, que han sido cuestionados por organismos como la ONU o la OEA.

Todos, han expresado su preocupación por las acciones y las declaraciones del presidente Bukele. Quién ha desafiado y confrontado al Congreso, al Tribunal Supremo, a la Fiscalía y a la prensa.

La falta de transparencia y de rendición de cuentas, que han sido señaladas por analistas y expertos. Que ponen en duda la veracidad y la sostenibilidad de los resultados del Plan Control Territorial, y que han sugerido que podría haber otros factores que expliquen la reducción de la violencia, como la pandemia de COVID-19, la tregua entre las pandillas, o el pacto entre el gobierno y los criminales.

Y se podrá aplicar un plan de Bukele en el desconcertante Ecuador

El caso de Ecuador y El Salvador tiene una gran repercusión e importancia, ya que refleja la realidad y los desafíos de América Latina. Una región que sufre los efectos del cambio climático, la pobreza, la corrupción, la inestabilidad política y la violencia.

Ecuador y El Salvador también muestran la diversidad y la complejidad de las respuestas y las soluciones. Que aunque se han ensayado y propuesto para enfrentar estos problemas. Tienen ventajas y desventajas, éxitos y fracasos, luces y sombras.

Pero, la acción de Noboa imitando a Bukele, también plantea interrogantes y oportunidades. Aunque no significará nada, sin la cooperación entre los diferentes actores y países involucrados.

Fuente
EluardianElUniversoLaPrensaGrafica

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