El chavismo elige a Maduro para buscar un tercer mandato presidencial
El oficialismo apuesta nuevamente por Maduro, mientras la oposición busca una alternativa viable.

El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ha decidido que Nicolás Maduro, actual presidente de Venezuela, será su candidato para las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024. Esta elección marca un hito en la historia política del país sudamericano, ya que Maduro busca un tercer mandato consecutivo.
La proclamación oficial y el camino hacia la reelección
En asambleas celebradas en diferentes estados de Venezuela, las bases del PSUV respaldaron la candidatura de Maduro. Diosdado Cabello, considerado el número dos del chavismo y vicepresidente del PSUV, anunció que 4.240.032 militantes participaron en esta decisión. Aunque la proclamación oficial está programada para el próximo 15 de marzo, es prácticamente una formalidad. Si Maduro resulta ganador en las elecciones, se proyecta a 18 años en el poder.
El contexto y la controversia
Maduro asumió la presidencia en 2013 tras la muerte de Hugo Chávez. Su reelección en 2018 ya fue tachada de “fraudulenta” por la oposición, la Unión Europea y Estados Unidos, quienes impusieron sanciones en un intento fallido de sacarlo del poder. A pesar de los cuestionamientos iniciales, nadie se atreve a desafiarlo dentro del chavismo. Ningún otro nombre fue propuesto en las asambleas del PSUV, y la candidatura de Maduro se confirmó por “consenso” antes de las reuniones oficiales.
El desafío de la oposición
Mientras el chavismo se unifica detrás de Maduro, la oposición enfrenta dificultades para definir un candidato. La inhabilitación de María Corina Machado, quien arrasó en las primarias de la principal coalición Plataforma Unitaria en octubre pasado, complica aún más la situación. Aunque Machado insiste en ser aspirante, su postulación está descartada por el poder electoral. Las encuestas indican que la intención de voto favorece a Machado, lo que añade tensión al panorama político.
De cara los desafíos
La decisión del chavismo de respaldar a Maduro tiene implicaciones profundas para Venezuela. La estabilidad política, la economía y las relaciones internacionales están en juego. El país enfrenta desafíos significativos, y la elección presidencial será un momento crucial para su futuro. La comunidad internacional observa de cerca, y las consecuencias de esta decisión resonarán más allá de las fronteras venezolanas.