El crucero más grande del planeta se llama Icon
La colosal embarcación Icon, impone con 20 cubiertas, 8 vecindarios temáticos, pista de hielo, 30 restaurantes y más y más y más...

El gigantesco barco de Royal Caribbean inicia su primera travesía por el Caribe, pero desata críticas por su impacto ambiental
Un coloso Icon que deslumbra y preocupa
El sábado 27 de enero de 2024, el Icon of the Seas, el crucero más grande del mundo, partió desde Miami, Florida, hacia su primer destino: la isla privada de Royal Caribbean, Perfect Day at CocoCay, en las Bahamas. El impresionante barco, que mide 365 metros de largo y pesa 250.800 toneladas, tiene 20 cubiertas y puede albergar a un máximo de 7.600 pasajeros. Es propiedad del grupo Royal Caribbean, que lo construyó en un astillero de Turku, Finlandia, con un costo de 2.000 millones de dólares. El barco cuenta con una gran variedad de atracciones y servicios, como siete piscinas, seis toboganes de agua, 40 restaurantes, bares y salones, un parque acuático, un simulador de surf, un teatro, un casino y un spa. El barco realizará un viaje de siete días por el Caribe, visitando varias islas como Puerto Rico, República Dominicana y Jamaica.
Sin embargo, no todos están entusiasmados con el nuevo icono de los cruceros. El barco ha generado controversia y críticas por su impacto ambiental, especialmente por sus emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global. El barco funciona con gas natural licuado (GNL), que se considera más limpio que otros combustibles marinos tradicionales, como el fueloil, pero que también tiene el riesgo de que se escape parte del gas, provocando fugas de metano a la atmósfera. Según un informe del Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT), el uso de GNL como combustible marino emite más de un 120% más de gases de efecto invernadero que el gasoil marino. El ICCT también advirtió que las emisiones de metano de los barcos propulsados por GNL son más altas de lo que se asume en las regulaciones actuales.

Una industria en crecimiento, pero muy cuestionada
La industria de los cruceros es uno de los sectores turísticos que más ha crecido en las últimas décadas, atrayendo a millones de viajeros de todo el mundo que buscan disfrutar de unas vacaciones diferentes y divertidas. Según la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA), el sector de los cruceros aportó 75.000 millones de dólares a la economía mundial en 2021, y generó más de un millón de empleos directos e indirectos. La CLIA también afirmó que los cruceros son cada vez más populares entre los jóvenes, que se interesan por las experiencias únicas y variadas que ofrecen estos barcos.
No obstante, la industria de los cruceros también ha sido objeto de numerosas críticas y cuestionamientos por su impacto negativo sobre el medio ambiente y las comunidades locales. Los cruceros son responsables de emitir grandes cantidades de dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre y partículas finas, que contribuyen al cambio climático y a la contaminación del aire y del agua. Los cruceros también generan una gran cantidad de residuos sólidos y líquidos, que pueden afectar a la biodiversidad marina y a la salud humana. Además, los cruceros provocan una masificación turística en los destinos que visitan, lo que puede causar problemas de infraestructura, servicios, seguridad y convivencia.

La compañía debe pensar realmente en contaminar mucho menos
La llegada del Icon of the Seas al mercado de los cruceros representa un desafío para la sostenibilidad y la responsabilidad del sector, que debe buscar un equilibrio entre el desarrollo económico, el bienestar social y la protección ambiental. El grupo Royal Caribbean ha defendido su apuesta por el GNL como una forma de reducir las emisiones de dióxido de carbono y de cumplir con las normas internacionales de calidad del aire. La compañía también ha anunciado su intención de introducir un barco con cero emisiones para 2035. Sin embargo, estos esfuerzos pueden resultar insuficientes o contraproducentes si no se abordan también las emisiones de metano y otros impactos ambientales y sociales de los cruceros.
La industria de los cruceros debe asumir su responsabilidad y su compromiso con la sostenibilidad, y adoptar medidas concretas y efectivas para minimizar su huella ecológica y maximizar su contribución positiva a los lugares que visita. Estas medidas pueden incluir el uso de energías renovables, la mejora de la eficiencia energética, la gestión adecuada de los residuos, la cooperación con las autoridades locales, el fomento de la cultura y la economía locales, y la educación y la sensibilización de los viajeros y los trabajadores. Asimismo, los consumidores deben ser conscientes y críticos a la hora de elegir sus vacaciones, y optar por opciones más sostenibles y responsables, que respeten el medio ambiente y las personas.