
La compañía petrolera estadounidense insiste en explorar en una zona disputada por Guyana y Venezuela, lo que podría aumentar las tensiones entre los dos países sudamericanos.
Exxon no se va del Esequibo
Las relaciones entre los dos países han llegado a un punto crítico en los últimos meses, tras una serie de anuncios del presidente venezolano, Nicolás Maduro. Este, sugiere que podría tomar la región del Esequibo por la fuerza. Líderes de toda Sudamérica están tratando de calmar las tensiones regionales. Pero, el temor es que Maduro pueda anexarse la vasta extensión de selva rica en minerales, pero el anuncio de Exxon amenaza con avivar el desacuerdo una vez más.
“La verdad es que este anuncio no podría llegar en peor momento”, dijo Geoff Ramsey, investigador principal del Atlantic Council. “Los vecinos de Venezuela, liderados por Brasil, han estado trabajando duro durante los últimos tres meses. Para bajar las tensiones y asegurar una buena comunicación entre los dos gobiernos. Esto va a ser una prueba enorme para la diplomacia regional”.

Ese territorio es venezolano
Venezuela reclama que es el legítimo propietario de la región del Esequibo desde la década de 1960. El asunto está siendo revisado en la corte internacional de justicia, pero la decisión de Maduro de retomar la disputa territorial de décadas. Esta se ha descrito como un intento de generar apoyo patriótico en casa. El mandatario venezolano ha sido el rostro de una larga campaña de propaganda nacional. Y afirma que su país votó en diciembre para que Venezuela ignore La Haya y recupere el Esequibo, que representa dos tercios del territorio guyanés.
Guyana y Venezuela se reunieron en Brasil en diciembre, cuando acordaron no usar la fuerza militar, pero las dos partes no encontraron una solución duradera al desacuerdo. Brasil envió más tropas a su frontera con Guyana y Venezuela el lunes, lo que sugiere que el asunto está lejos de resolverse, y Estados Unidos también anunció esta semana que está reforzando la defensa de Guyana con nuevos aviones, helicópteros, drones militares y tecnología de radar.
A pesar de las crecientes tensiones, el presidente de ExxonMobil Guyana dijo el martes que la gigante petrolera y gasística se mantenía firme en sus planes de perforar dos nuevos pozos exploratorios frente a la costa atlántica de Guyana.
“No nos vamos a ningún lado”, dijo Alistair Routledge a los periodistas.
El petróleo y Exxon como factor de conflicto
Los soldados venezolanos han obligado en el pasado a las tripulaciones de Exxon a salir de la zona en disputa, incluyendo en 2013 cuando una cañonera venezolana tomó como rehenes a una de sus tripulaciones y en 2019 cuando un helicóptero militar venezolano intentó aterrizar en un barco de Exxon.
El plan de Exxon para explorar petróleo en el Esequibo no solo implica un riesgo para la estabilidad política de la región, sino también para el medio ambiente y los derechos humanos de las comunidades indígenas que habitan la zona.
La región del Esequibo es una de las áreas de mayor biodiversidad del mundo, con más de 8 mil especies de plantas, 1 mil 500 de aves, 470 de peces y 225 de mamíferos. También alberga a más de 200.000 personas, en su mayoría indígenas, que dependen de los recursos naturales para su subsistencia y su cultura.
Además, el petróleo es una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero, que contribuyen al cambio climático y sus graves consecuencias para el planeta y la humanidad. Según un informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), se necesita una reducción drástica de las emisiones de carbono para evitar un aumento de la temperatura global superior a 1,5°C, lo que requeriría dejar bajo tierra la mayor parte de las reservas de combustibles fósiles.
Más que petróleo y oro
Por otro lado, el petróleo también es un factor de conflicto entre Guyana y Venezuela, que tienen visiones opuestas sobre el futuro de la región. Mientras que Guyana ve en el petróleo una oportunidad de desarrollo económico y social, Venezuela lo ve como una amenaza a su soberanía y a su seguridad energética.
Guyana es uno de los países más pobres de Sudamérica, con un ingreso per cápita de 5.194 dólares y una tasa de pobreza de 35,7%. Sin embargo, desde 2015 ha descubierto enormes reservas de petróleo frente a su costa, que podrían convertirlo en uno de los mayores productores del mundo. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el país podría crecer un 26,2% en 2024, impulsado por el inicio de la producción petrolera.
Guyana espera que el petróleo le permita mejorar la calidad de vida de su población, aumentar la inversión en infraestructura, educación, salud y seguridad, y diversificar su economía, que actualmente depende de la agricultura, la minería y el turismo.
Venezuela, por su parte, es uno de los países con más reservas de petróleo del mundo, pero sufre una profunda crisis económica, social y política, que ha provocado una hiperinflación, una escasez de alimentos y medicinas, una caída de la producción petrolera, una migración masiva y una represión política.
Venezuela considera que el petróleo es un recurso estratégico para su soberanía y su desarrollo, y que el Esequibo le pertenece por derecho histórico. Además, acusa a Estados Unidos de apoyar a Guyana para apropiarse del petróleo y debilitar al gobierno de Maduro.
¿Hay una salida pacífica?
La disputa por el Esequibo entre Guyana y Venezuela no es nueva, sino que se remonta al siglo XIX, cuando el Reino Unido, la antigua potencia colonial de Guyana, y Venezuela firmaron un tratado para delimitar la frontera. Sin embargo, Venezuela denunció el tratado en 1962, alegando que fue producto de un fraude y una presión británica, y reclamó la soberanía sobre el Esequibo.
Desde entonces, el conflicto ha tenido altibajos, con momentos de diálogo y cooperación, y momentos de tensión y hostilidad. En 1966, se firmó el Acuerdo de Ginebra, que estableció un mecanismo de negociación para resolver la controversia, con la participación de un representante del secretario general de la ONU.
Sin embargo, el mecanismo no logró avances significativos, y en 2018, el secretario general de la ONU, António Guterres, decidió remitir el caso a la corte internacional de justicia, a petición de Guyana. Venezuela rechazó la decisión y se negó a participar en el proceso judicial, argumentando que violaba el Acuerdo de Ginebra y que solo aceptaba una solución negociada.
La corte internacional de justicia inició el juicio en 2020, y en diciembre de 2020 dictaminó que tenía jurisdicción para resolver el caso, a pesar de la ausencia de Venezuela. La corte dijo que continuará con el proceso y que espera recibir los argumentos escritos de Guyana y Venezuela antes de finales de 2021.
Mientras tanto, la situación se ha agravado por el hallazgo de petróleo en la zona en disputa