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Bolsonaro encara a la justicia por manejo de la pandemia

La pandemia, que en Brasil le costó la vida a casi 700.000 personas, es un tema venenoso para la imagen del ex mandatario

La rendición de cuentas sobre el controvertido manejo de la pandemia por parte del expresidente brasileño Jair Bolsonaro finalmente llegó a la mesa de la justicia.

El operativo policial autorizado por el juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal, que esta mañana permitió sorpresivamente a los agentes allanar el domicilio del exjefe de Estado, en el barrio Jardín Botánico de Brasilia, y apoderarse de su teléfono móvil, ronda en realidad en torno a la hipótesis de que los pases anti-Covid del excapitán y su hija adolescente Laura, de 12 años, fueron falsificados para permitirles volar a Florida poco antes de la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva al frente de Brasil.

Una operación que, con la ejecución de seis órdenes de prisión preventiva y 16 mandatos de allanamiento, involucra a personajes del entorno del líder soberano como Max Guilherme y Sérgio Cordeiro, sus asesores en el Palacio de Planalto, pero sobre todo el ex asistente de Bolsonaro, el teniente coronel Mauro Cid, conocido por todos como el más fiel «coronel Cid», considerado depositario de muchos secretos del expresidente, con libre acceso al gabinete presidencial ya la residencia del palacio de la Alvorada.

Según las reconstrucciones, los pases falsos de Covid fueron incluidos en el cerebro electrónico del Sistema Unico de Saude el 21 de diciembre de 2022, unos diez días antes del final del mandato de Bolsonaro.

Y las medidas forman parte de una investigación sobre una supuesta «asociación criminal configurada para cometer los delitos de ingreso de datos falsos de vacunación en el aparato del Ministerio de Salud».
Una investigación que cierra el círculo en torno a Bolsonaro, planteando la hipótesis de que el objetivo del grupo apuntaba a «mantener cohesionado el elemento identitario, en apoyo a los ataques» contra la campaña de inmunización, de la que Bolsonaro fue abanderado.

El expresidente se defendió afirmando que no había «manipulado el documento» y recordó de «no haber nunca negado el no haber sido vacunado».

«Leí el mentiroso prospecto y no lo tomé», dijo al final del cateo, al informarle que no se presentaría ante la Policía Federal a pesar de la citación.

«Nos enteramos por la prensa que el motivo de la operación sería la falsificación de los pases de vacunación de mi esposo y de nuestra hija Laura», explicó la ex primera dama Michelle Bolsonaro, la única que se aplicó la inyección, en Estados Unidos, cuando su marido viajó para asistir a la Asamblea de Naciones Unidas.

La pandemia, que en Brasil le costó la vida a casi 700.000 personas, es un tema venenoso para la imagen de Bolsonaro, quien desde un principio tomó una actitud despectiva hacia la ciencia, hablando de una «febrícula» aun cuando el virus ya había comenzado a diezmar el planeta.

Un argumento que lo debilitó políticamente y que ahora lo hace vulnerable ante la justicia.

La impresión de los observadores es, de hecho, que poco a poco se está preparando el terreno para un enfrentamiento final contra el expresidente, ya en el centro de decenas de investigaciones (como instigador de los ataques a los edificios de la democracia en Brasilia el 8 de enero al caso de las joyas de Arabia Saudita, solo por nombrar algunas).

Una fuerte ofensiva en varios frentes, que muy probablemente le costará a Bolsonaro su inelegibilidad, pero que ahora no excluye el escenario de la prisión.

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Vía
papersnoticias.com
Fuente
telesurtv.net

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