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Haitianos migran por Panamá y Centroamérica

Una larga y traumática caminata recorren los haitianos buscando refugio en Panamá

Luego de lograr llegar al río Turquesa, se ve la estampa de cientos de personas que se bañan en la rivera para lavar la suciedad de caminar cinco días a través de la peligrosa selva del tapón del Darién, ruta recorrida por los haitianos para cruzar la frontera colombiana hacia Panamá.

Cientos de haitianos y migrantes de muchos países, se apilan en Bajo Chiquito. La primera comunidad del lado de Panamá. Muchos fueron víctimas de la enfermedad, mientras cruzan cubiertos de barro por las fuertes lluvias de la región.

«El viaje es muy duro. Es una larga caminata», señaló el joven de 29 años. «Hay muchos haitianos muertos en la ruta, personas que no llegaron tan lejos».

Mientras Raymond caminaba, algunos de sus compañeros con niños, optaron por contratar una canoa taxi, que los llevó al pequeño puerto de la aldea de Bajo Chico.

Haitianos en el Darién.
En lo que va de 2021, 64 mil migrantes cruzaron el tapón del Darién, una vasta selva y una de las rutas más peligrosas del mundo para llegar a Panamá.

Los haitianos usan la cercana proximidad y saltan a Colombia para tratar de llegar al norte

Se ve a otros haitianos, vadeando la corriente, con niños en brazos. “Así son las cosas. Tienes que hacerlo si quieres una nueva vida. Las cosas son muy difíciles para nosotros los haitianos”, afirmó Peter, que no dio su apellido.

En lo que va de 2021, 64 mil migrantes cruzaron el tapón del Darién. La jungla de 575 mil hectáreas, coronada de pequeños cerros, mucha lluvia y selva espesa. Con un puñado de indígenas nativos.

La agencia de la ONU para la infancia, UNICEF, señaló que el estrecho del Darién, es una de las rutas más peligrosas del mundo.

Tan sólo en este agosto, cruzaron hacia Panamá, unas 18 mil personas, según la seguridad de Panamá. El ministro Jean Pino. Indicó, que poco más del 55%, eran haitianos.

La selva está infestada de bandas armadas y narcotraficantes que a menudo roban, atacan y violan a los migrantes haitianos, que la cruzan.

En un intento por hacer frente a la alerta. Las autoridades panameñas y colombianas acordaron permitir el paso de 500 migrantes al día. Todos llegaron a Bajo Chiquito, un pueblo que es el hogar de miembros del pueblo indígena Emberá.

Sin embargo, ninguno de los migrantes quiere quedarse allí. Todos, sobre todos los haitianos señalan que quieren seguir lo más pronto posible. «Me voy a Estados Unidos. Ese es mi destino, ahí es donde podré cumplir mis sueños, conseguir un buen trabajo», señaló Raymond.

Fuente
ElPaisFrance24DW

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