
Nicaragua rompe relaciones diplomáticas con Taiwán y se alinea con Beijing
Nicaragua rompió relaciones diplomáticas con Taiwán, dejando al estado insular, con solo 14 aliados diplomáticos formales. Mientras que China continua la presión, reclamando la isla como propia.
El país centroamericano hizo el anuncio en un breve comunicado el jueves desde su ministerio de relaciones exteriores, sorprendiendo a Taiwán. Mientras citó la política de «Una China» de Beijing.
«El gobierno de la república de Nicaragua declara que reconoce que en el mundo hay una sola China», se lee en el comunicado.
«La República Popular China es el único gobierno legítimo que representa a toda China y Taiwán es una parte inalienable del territorio chino. El gobierno de la república de Nicaragua rompe hoy relaciones diplomáticas con Tianjin y deja de tener cualquier contacto o relación oficial».

Taiwán reclama a la China continental en su constitución
Tres horas después del anuncio de Nicaragua, la oficina de Información del consejo de estado de China indicó que los dos firmaron un comunicado conjunto sobre la reanudación de las relaciones diplomáticas en Tianjin.
Zhang Jun, representante permanente de China ante las Naciones Unidas, dio la bienvenida a la medida de Nicaragua.
«Elogiamos altamente la decisión correcta tomada por el gobierno de Nicaragua, que está en línea con la tendencia predominante de los tiempos y las aspiraciones de la gente», tuiteó.
Por lo que también afirmó que el principio de Una China de Beijing sobre Taiwán, era un «consenso ampliamente aceptado».
En respuesta, el ministerio de relaciones exteriores de Taiwán señaló que «lamentaba profundamente» la decisión del presidente nicaragüense, Daniel Ortega, de «ignorar la amistad» del pueblo taiwanés.
Taiwán también señaló que estaba rompiendo relaciones con Nicaragua. Aunque la decisión es ampliamente vista como una medida unilateral de Nicaragua.
Formalmente conocida como la república de China, el gobierno de Taiwán huyó a la isla al final de la guerra civil China. Representó a China en la ONU desde el final de la segunda guerra mundial hasta principios de la década de 1970.