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Nicaragua: y su pesadilla recurrente y sostenida

La pesadilla recurrente de la descarada represión de Ortega continúa

La policía nicaragüense ya arrestó al menos a 32 personas desde finales de mayo. Entre ellas están incluidas importantes figuras de la oposición que desafiaban al revolucionario convertido en autócrata Daniel Ortega. La pesadilla recurrente es que sigue buscando un cuarto mandato consecutivo.

«Ortega hace algo que nadie creía que fuera posible en el siglo 21. Está sacando sistemáticamente de la escena política a cada uno de los que potencialmente podrían desafiarlo», dijo José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch.

Algunos de los objetivos recurrentes, son rivales prominentes del septuagenario sandinista. Como, el activista político de 44 años Félix Maradiaga o Cristiana Chamorro, de 67 años, hija de la ex presidenta Violeta Barrios de Chamorro.

Chamorro, quien está bajo arresto domiciliario, fue detenida el 2 de junio. Esta recurrente opositora, fue ampliamente vista como la candidata mejor situada para derrotar a Ortega. También fue, quien asomó con éxito un dramático levantamiento en 2018 contra su gobierno.

Otros, sin embargo, parecen tener muy poca participación directa en la votación de noviembre. Pero, ya es recurrente que se aprese a cualquiera que ose, desafiar al sandinista.

Pesadilla recurrente.
«Lo que Ortega merecía era una reacción realmente fuerte y audaz de la administración estadounidense. Lo que recibió fue un tuit», señaló Human Rights Watch. «Un buen tweet, un buen tweet, pero un tweet al final del día».

La pesadilla recurrente se está convirtiendo en la realidad política de Ortega

La hija de Aguirre-Sacasa señaló que su padre, enfrenta una investigación por presuntos delitos de seguridad nacional. É es escritor recurrente, de columnas para La Prensa.

El periódico de la oposición, es el centro de una represión mediática en curso por parte del gobierno de Ortega. «Mi padre se entusiasmó con las elecciones», afirmó.

Pero según su hija, Francisco Aguirre-Sacasa no tenía aspiraciones políticas. En el momento de su detención se dirigía a Estados Unidos, donde se desempeñó como embajador de Nicaragua a fines de los años 90. Su intención era escapar y ver a su familia y someterse a una cirugía de reemplazo de cadera.

Los funcionarios de inmigración de Nicaragua negaron a muchos permitirle pasar por cruces fronterizos o abordar vuelos al exterior. Aguirre-Sacasa fue detenido en un paso fronterizo.

«Se llevaron a mi padre… sin causa justa. Tiene 76 años», indicó su hija. «Lo queremos de vuelta, y queremos que todos los demás presos políticos sean liberados de inmediato». Por ahora, eso parece poco probable.

Ortega duplicó las redadas a pesar de la recurrente censura internacional. Incluso sus aliados, como el ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.

En una entrevista reciente, Lula, se refirió al presidente Ortega nacido en la revolución sandinista. Por lo que, advirtió sobre los peligros de que los líderes se consideran indispensables e insustituibles. «No abandonen la democracia», instó Lula a Ortega.

A principios de junio, tras la detención de Cristiana Chamorro, el secretario de estado de Estados Unidos, Antony Blinken, denunció en Twitter el «asalto a la democracia» de Ortega.

La semana pasada, después de que la UE anunciara nuevas sanciones contra la vicepresidenta y primera dama de Nicaragua, Rosario Murillo, y otros altos funcionarios, Blinken tuiteó que la «decisión de prohibir toda competencia democrática de las elecciones presidenciales de 2021”.

Fuente
LaPrensaWashingtonPostDW

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