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Oreshnik: el misil hipersónico con el que Putin desafía a Europa

Putin y su nueva amenaza.
Vladimir Putin ha vuelto a exhibir su retórica más agresiva. Ante la cúpula militar rusa, presumió del Oreshnik, un misil hipersónico que, según asegura, estará operativo antes de que termine 2025. El Kremlin planea desplegarlo incluso en Bielorrusia, bajo el argumento de “defensa legítima”.

Velocidad y alcance.
La propaganda rusa destaca que el Oreshnik puede alcanzar velocidades de hasta Mach 10 (12.348 km/h). Con esa capacidad, tardaría apenas 11 minutos en llegar a una base aérea en Polonia y 17 en alcanzar Bruselas. Sus ojivas múltiples lo convierten en un arma difícil de interceptar y, según analistas, un ataque convencional con varios de estos misiles podría tener efectos comparables a los de un ataque nuclear.


El Oreshnik es una evolución de proyectos anteriores como el RS-26 Rubezh y el Bulava, y puede lanzarse desde plataformas móviles. Sin embargo, las sanciones internacionales complican la obtención de componentes clave para su producción.

Un arma para toda Europa.
Putin ya había advertido que Moscú podría usar el Oreshnik contra los aliados de Ucrania si se permite a Kiev atacar dentro de Rusia con misiles de largo alcance. El alcance del Oreshnik, estimado entre 1.000 y 5.550 kilómetros, cubre prácticamente todo el continente europeo.


En otoño, Putin y Lukashenko firmaron un acuerdo que otorga a Bielorrusia “garantías de seguridad”, incluyendo el posible uso de armas nucleares rusas en su territorio. Con más de mil kilómetros de frontera con Ucrania y 400 con Polonia, el despliegue en Bielorrusia refuerza la capacidad ofensiva de Moscú.

Contexto político y militar.
Putin insiste en que la OTAN prepara un enfrentamiento con Rusia hacia la década de 2030 y que Moscú debe “imponer su voluntad al enemigo”. Sus amenazas coinciden con reuniones clave en Berlín y Bruselas, donde líderes europeos como Friedrich Merz, Emmanuel Macron y Keir Starmer han reafirmado su apoyo a Volodímir Zelenski y avanzado en un plan de paz con respaldo de Estados Unidos.


Mientras Europa busca garantizar la seguridad de Ucrania y mantener un ejército entrenado de 800.000 efectivos, Rusia exige que Kiev renuncie al Donbás y amenaza con tomar por la fuerza otras regiones como Zaporiya y Jersón.

La batalla por los activos rusos.
La cumbre de la Unión Europea también debe decidir qué hacer con los 135.000 millones de euros en activos rusos congelados. Ucrania necesita esos fondos para sostenerse en los próximos dos años, pero algunos países temen que Moscú reclame su devolución en el futuro. Bélgica, donde están depositados, exige garantías de que el coste se compartirá entre todos los miembros.


Desde Moscú, el temor a esta decisión ha provocado nuevas amenazas. Dmitri Medvédev advirtió que descongelar los activos sería considerado una “declaración de guerra”.

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