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Una presidente para un país de Meros Machos

México, un país que sufre de feminicidios y sexismo y discriminación desenfrenados, muy pronto podría tener una mujer presidente

En México y desde el primer grado, se debía ir por la clase afirmando aquel deseo que todo niño tiene para realizar en su futuro como mayor. Pero, cuando una chica señalaba que querría ser una presidente, siempre surgía una voz que, a coro, no sólo lo afirmaba, sino que tenía la certeza de que ¡una niña no podría ser presidente!

Ahora, hay muchas razones por las que muchas personas no quieren ser un o una presidente. En algún caso por desinterés en las grandes franjas de la política; por salud mental, por coeficiente intelectual; para vivir tranquilo, entre otras. Pero, actualmente, ser niña no es una de ellas.

La historia muestra y señala algunos accidentes, incluso desaciertos, de cuando se trata de ver a una mujer en el cargo más alto. A ejemplo, podrán recordar, por supuesto, la campaña presidencial de Hillary Clinton en 2016 y su impactante derrota que casi nadie, y mucho menos, Donald Trump, esperaba.

No se afirma, que una mujer no pueda ser una presidente. La cuestión es que, al parecer, en la noche de las elecciones algún embaucador agarra el volante y encamina la conciencia colectiva hacia un sólo estadio. No es buena una presidente.

Una presidente para un país.
Sheinbaum no es perfect, y es cierto, ya lo demostró. Y puede quemarce antes de las elecciones.

Una presidente, no estaría mal, pero Mexico no está para ver que puede pasar

Una pista de esta teoría es que, durante las primarias previas a las elecciones de 2020, todas aseguraban que Elizabeth Warren ganaría la nominación demócrata. Pero lo que pasó con los candidatos presidenciales es que los favoritos no se hacen a un lado con gracia para darle una oportunidad a otra persona.

Si están allí, significa que piensan que merecen ser presidentes. Las personas así no se rinden cuando están tan cerca. Claro, hubo mujeres líderes ejecutivas en otros países. Pero, todos quieren que pase en uno los países latinoamericanos.

Las posibilidades están ahí, pero acercarse a ellas, al menos en México, es complicado, como tratar de pescar un pequeño trozo de cáscara de huevo de la yema. Solo parece que será fácil de entender.

En México y en los Estados Unidos, las candidatas reciben mucho más escrutinio y críticas que sus homólogos masculinos. Las mismas personas que habrían apoyado con entusiasmo a los candidatos masculinos y habrían mantenido la línea de un partido de repente son expertos en políticas involucradas en la investigación a nivel microscópico de todas las cosas que una candidata a la presidencia, podría haber hecho desde la escuela primaria.

Puede tener una gran oportunidad

Las mismas características que a los votantes les gustaban en los hombres eran vistas como impropias en las mujeres. Por aquel adagio que afirma, que el asertividad de un hombre es la picazón de una mujer.

A pesar de todo, muchos progresistas hacen un gran espectáculo al decir que iban a «taparse la nariz y votar por Sheinbaum», como si fuera una villana de dibujos animados. A pesar de todo ese espectáculo de agarrarse la nariz, no se sabe a ciencia cierta como habrá de terminar la contienda.

Pero ahora existe la posibilidad real de que una mujer sea la jefa ejecutiva de México. Una mujer judía y divorciada. Sus padres son hijos de inmigrantes de Europa del Este en México.

Antes de continuar, existe la necesidad de señalar lo obvio, hay que esperar que no se vote por una presidente o candidata sin otros criterios que no sea solo porque es mujer. Si la representante estadounidense Marjorie Taylor Greene se postulara para presidente, muchos harían una fuerte campaña contra ella.

No tiene un buen historial, pero todo es relativo

Aun así, la perspectiva de una presidente para México, es sin duda emocionante. Pero, Claudia Sheinbaum, actualmente alcaldesa de la Ciudad de México, no será una candidata formidable para el movimiento feminista.

Incluso si trata de ser una presidente buena. No sólo debe deslastrarse del partido Morena y de AMLO, sino de su desastrosa administración de la CDMX. Pero todo puede ir a peor, porque, de hecho, dos candidatas pueden competir por la presidencia en 2024 si la aspirante a candidata opositora Lilly Téllez es nominada.

La popularidad de Sheinbaum está creciendo, y ahora es ampliamente considerada la primera opción para el candidato presidencial del gobernante Partido Morena. Y a menos que los embaucadores aparezcan y vuelvan a sacudir el volante, todas las señales parecen apuntar a que el candidato de Morena se convertirá en nuestro próximo presidente.

Sheinbaum ciertamente está tan calificada para el trabajo como cualquier otra persona. Mucho más que el actual presidente López Obrador. Pero, una cosa es estar, otra ser y otra, parecer. Y aunque AMLO parezca adorarla todo sigue dependiendo de cómo se vea al presidente.

Si AMLO lo quiere, lo tiene

Pero a pesar de su popularidad con el actual director ejecutivo, tiene muchos logros en su haber por derecho propio. Un físico con un doctorado en ingeniería ambiental. Sheinbaum estuvo en el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático que ganó un premio Nobel de la Paz en 2007 y está trabajando en el gobierno desde hace más de dos décadas.

Como alcaldesa de la Ciudad de México, fue nominada por… Mejor no hablar de su trayectoria porque, aunque trabaja arduamente para mejorar su candidatura, existen muchos señalamientos de los habitantes de la CDMX y de su paupérrima responsabilidad por varios hechos ponibles. Entre ellos, el colapso de la línea 12 dem Metro.

Con suerte, mucha suerte y aunque es un entusiasta defensor de la agenda del presidente AMLO, lo contradice en ocasiones, especialmente cuando se trata de los derechos de las mujeres. Por lo que, se espera que tampoco tenga miedo de contradecirlo sobre el medio ambiente, y hay muchas preguntas que debiesen hacerle durante su campaña del próximo año.

Fuente
ForbesLATimesElPais

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