Una red de ayuda en peligro: SNAP, el programa que sostiene a 40 millones de estadounidenses

Chantille Manuel, residente de Florida, ha transformado su vida en los últimos cinco años. Superó una adicción, perdió más de 60 kilos y abrió su propio salón de belleza. Sin embargo, aún depende de la asistencia alimentaria para alimentar a su familia. Como ella, más de 40 millones de personas en Estados Unidos podrían quedarse sin el subsidio que les permite sobrevivir, debido al cierre parcial del gobierno federal.
El Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) entrega tarjetas recargables que permiten comprar alimentos básicos. Pero los fondos para noviembre están en riesgo. El gobierno de Donald Trump se negó a usar el fondo de contingencia, alegando que debe reservarse para emergencias como desastres naturales. Incluso si se usara, solo cubriría el 60 % de un mes de prestaciones.
Tensión política y consecuencias sociales.
Demócratas y republicanos se culpan mutuamente por el estancamiento. Mientras tanto, millones de familias enfrentan la incertidumbre. En el Senado, los demócratas presentaron un proyecto para financiar SNAP durante el cierre, pero su aprobación aún no está asegurada.
Para Hanna Garth, investigadora de Princeton, SNAP es más que un subsidio: es un salvavidas que evita que muchas familias caigan en la pobreza extrema. Sin él, miles deberán recurrir a bancos de alimentos, que ya están desbordados.
Bancos de alimentos al límite.
En Sarasota, Florida, el banco All Faiths ha visto duplicarse la demanda desde el inicio del cierre. Su directora, Nelle Miller, advierte que si los 14.000 beneficiarios locales de SNAP pierden el subsidio, el banco no podrá cubrir la necesidad sin reducir las raciones. “Recibir alimentos es un derecho inalienable”, afirma.
En promedio, una familia de cuatro recibe $715 mensuales. Individuos como Austin Lemmer sobreviven con $295. “He intentado estirar al máximo la poca comida que tengo, pero hay un límite”, dice.
Estados en alerta y acciones legales.
Algunos estados han prometido usar fondos propios para cubrir el déficit, aunque el gobierno federal ha advertido que no reembolsará esos gastos. Florida ya anunció que los beneficios se suspenderán si no hay una solución antes del fin de semana.
Ante esto, 25 fiscales generales demócratas demandaron al gobierno por bloquear el uso del fondo de contingencia. Argumentan que la decisión es ilegal y pone en riesgo la seguridad alimentaria de millones.
El cierre del gobierno ya suma 29 días, sin avances concretos. Para personas como Manuel, la frustración crece. “No creo que los políticos tomaran esta decisión si les afectara como nos afecta a nosotros”, lamenta. “Mientras tengan qué comer, eso es lo que les importa”.




