Israel y Hamas ponen fin a la guerra con un frágil cese al fuego
El cese el fuego entra en vigor la madrugada del viernes, después de que el gabinete de seguridad israelí lo aprobara por unanimidad

Después de 11 días de una cruenta guerra que causó la muerte de al menos 14 mil palestinos y 12 israelíes, y que dejó una estela de destrucción y sufrimiento en la Franja de Gaza, Israel y Hamas acordaron un cese al fuego que entró en vigor la madrugada del viernes. El alto el fuego fue mediado por Egipto, con el apoyo de Estados Unidos y otras potencias internacionales, y fue aprobado por unanimidad por el gabinete de seguridad israelí, encabezado por el primer ministro Benjamin Netanyahu.
El acuerdo de cese al fuego puso fin a la mayor escalada de violencia entre Israel y Hamas desde 2014. Cuando, se libró la última guerra entre ambos bandos, que duró 50 días y dejó más de 2 mil muertos. En esta ocasión, el conflicto se desató el 10 de mayo, cuando Hamas lanzó una lluvia de cohetes contra Israel.
Esa fue, la respuesta a la represión policial contra los manifestantes palestinos en Jerusalén Este. Que protestaban por el desalojo de familias árabes de sus hogares en el barrio de Sheikh Jarrah. Incluso, a las restricciones al acceso a la Explanada de las Mezquitas durante el mes sagrado del Ramadán.
Israel respondió con una feroz campaña de bombardeos aéreos contra objetivos de Hamas y otros grupos armados en Gaza, que según el Ejército israelí. Estas incluyeron más de 1 mil sitios militares, infraestructuras, túneles, lanzadores de cohetes, comandantes y combatientes.
Hamas y la Yihad Islámica, por su parte, dispararon más de 4 mil proyectiles contra el territorio israelí, alcanzando ciudades como Tel Aviv, Jerusalén, Ashkelon y Beer Sheva. Desafiando el sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro, que interceptó el 90% de los cohetes.

Cese al fuego en el que persisten las tensiones y los desafíos para lograr una paz duradera
El balance de víctimas fue desproporcionado: según el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamas. 243 palestinos murieron, entre ellos 66 niños y 39 mujeres, y más de 1 mil 900 resultaron heridos.
Además, unas 100 mil personas se vieron desplazadas de sus hogares y miles de edificios quedaron dañados o destruidos, incluyendo hospitales, escuelas, mezquitas y medios de comunicación.
Del lado israelí, 12 personas perdieron la vida, entre ellas dos niños y un soldado, y más de 300 resultaron heridas. Asimismo, cientos de viviendas, vehículos y negocios sufrieron daños por el impacto de los cohetes.
El cese al fuego fue recibido con alivio y celebración por ambas partes, que se atribuyeron la victoria. Miles de palestinos salieron a las calles de Gaza y Cisjordania para festejar el fin de la guerra, ondeando banderas y coreando consignas.
El líder de Hamas, Ismail Haniyeh, señaló que el grupo había logrado «disuadir» a Israel y defender los derechos de los palestinos en Jerusalén. El portavoz de Hamas, Fawzi Barhoum, afirmó que el cese al fuego era «una derrota para Netanyahu y para toda su entidad sionista».
En Israel, el primer ministro Netanyahu defendió la operación militar, que bautizó como «Guardián de los Muros». Este, aseguró que había infligido «un golpe sin precedentes» a Hamas y a la Yihad Islámica, eliminando a más de 200 terroristas, incluyendo a 25 altos mandos, y destruyendo su capacidad de lanzar cohetes.
El ministro de Defensa, Benny Gantz, indicó que Israel había logrado «todos los objetivos» que se había propuesto y que había restaurado su «disuasión y su seguridad». El presidente Reuven Rivlin, por su parte, expresó su solidaridad con las víctimas y sus familias, y agradeció a las FDI y a los servicios de emergencia por su labor.
Un acuerdo de paz que no se encuentra ni cerca, ni lejos
Sin embargo, el cese al fuego es frágil y no resuelve las causas profundas del conflicto, que se remontan a décadas de ocupación, colonización, discriminación y violencia. Los expertos advierten que, sin un proceso de paz que aborde las demandas legítimas de los palestinos y garantice la convivencia pacífica entre los dos pueblos, el riesgo de una nueva escalada es alto.
Además, persisten las tensiones internas en Israel, donde se han registrado disturbios y enfrentamientos entre judíos y árabes, que han puesto a prueba la convivencia y la cohesión social en el país. El papel de la comunidad internacional también es clave para evitar que el cese al fuego se rompa y para impulsar una solución política al conflicto.
Biden también expresó su apoyo a una solución de dos Estados y se comprometió a ayudar a la reconstrucción de Gaza. Y, al fortalecimiento de la Autoridad Palestina, liderada por Mahmud Abás, que ha quedado marginada y debilitada por la guerra. Otros actores internacionales, como Egipto, Qatar, la ONU, la Unión Europea y Rusia, también han contribuido a la consecución del cese al fuego y ofreciendo su colaboración para consolidar la calma y reanudar el diálogo entre las partes.
Sin embargo, la falta de voluntad política, la división interna de los palestinos, la inestabilidad del gobierno israelí y la influencia de los grupos extremistas hacen que el camino hacia la paz sea difícil y lleno de obstáculos.