Condenan a un exfuncionario penitenciario en Nueva York por el homicidio de un detenido afroestadounidense

David Kingsley, exfuncionario de la prisión estatal de Marcy, Nueva York, fue declarado culpable de homicidio en segundo grado y homicidio involuntario en primer grado por la muerte de Robert Brooks, un detenido afroestadounidense de 43 años. El incidente ocurrió en diciembre de 2024 y generó una fuerte reacción pública por la brutalidad del caso. La sentencia será anunciada el próximo 16 de diciembre y podría alcanzar hasta 25 años de prisión.
Brooks falleció tras recibir una golpiza mientras se encontraba esposado en una cama de enfermería, rodeado por al menos seis funcionarios. Las imágenes del ataque, difundidas por la fiscal general Letitia James, muestran a la víctima con el rostro ensangrentado, siendo golpeado repetidamente sin posibilidad de defensa. Según el fiscal especial William Fitzpatrick, los agresores actuaron “de forma concertada” y con “indiferencia por la vida humana”, sin ningún propósito legítimo de aplicación de la ley.
El caso involucra a un total de nueve funcionarios. Cinco de ellos se declararon culpables antes del juicio, dos fueron absueltos y uno más enfrenta cargos menores. El noveno acusado será juzgado en enero de 2026.
Brooks cumplía una condena de 12 años por delitos violentos. Su muerte fue oficialmente clasificada como homicidio, y ha reavivado el debate sobre el uso excesivo de la fuerza en centros penitenciarios y el trato que reciben los detenidos afroestadounidenses en Estados Unidos.
Este episodio pone en evidencia las deficiencias estructurales del sistema penitenciario estadounidense y la necesidad urgente de revisar los protocolos de actuación dentro de las cárceles. La violencia institucional, especialmente cuando se ejerce contra personas vulnerables, continúa siendo una preocupación central en el debate sobre justicia y derechos humanos en el país.