«Hasta ahora no se ha planteado en dichas conversaciones con EEUU, la posibilidad de que se otorgue asilo en México a algún miembro del Gobierno de Venezuela», explicó el portavoz de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Roberto Velasco, en un mensaje a medios.
De acuerdo con el portavoz, si bien se ha dialogado con el secretario de Estado y su equipo, estas han sido para «tratar de facilitar un diálogo entre las partes en Venezuela, como está establecido en el Mecanismo de Montevideo».
Ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Pompeo reveló este miércoles que conversó con el Gobierno de México y el de Noruega en torno al futuro del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y un posible exilio en algún país extranjero.
Pompeo aseguró que había estado en conversaciones con ambos países, y agregó que Estados Unidos no hablará con Maduro al considerar que no merece la pena y el «tiempo se le acabó».
A mediados de marzo, el Gobierno de Estados Unidos confirmó que mantuvo «conversaciones» con las autoridades españolas sobre la posibilidad de que España acogiera a funcionarios venezolanos que decidieran desertar y abandonar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
La respuesta este jueves de la Cancillería mexicana coincide plenamente con la política exterior impulsada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
El líder izquierdista defiende una y otra vez que su Administración actúa acorde con la Constitución mexicana y su principio de no intervención, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de las controversias.
Por ello, ha rechazado en múltiples ocasiones posicionarse sobre la crisis venezolana, apostando simplemente porque el gobierno y sus diplomáticos actúen de mediadores en un diálogo que habría de acercar a las dos partes.
