
El presidente venezolano convocó un referendo para reclamar el territorio del Esequibo, que Guayana considera como propio, aunque se encuentra aún bajo un litigio, y crear una nueva provincia. ¿Cuál es la verdadera estratagema del presidente venezolano?
Venezuela vive una grave crisis política, económica y social, que provocó el éxodo de más de 5 millones de personas. Además, hiperinflación, desabastecimiento y la violación de los derechos humanos.
El gobierno de Nicolás Maduro se aferra al poder con el apoyo de las fuerzas armadas. La estratagema, parece depender de sus aliados internacionales y de una gran parte de la población que aún lo respalda.
Pero Maduro sabe que su legitimidad está cuestionada y la estratagema señala que parece aferrarse al poder. Su reelección en 2018 fue considerada, supuestamente, fraudulenta por la oposición. Mientras, 40 países de la comunidad internacional, reconoció a tempore a Juan Guaidó como el presidente legítimo de Venezuela.

¿Qué busca Maduro con esta estratagema y qué consecuencias puede tener para la región?
Maduro, hasta esta semana, enfrentaba sanciones, presión y amenazas de intervención por parte de EEUU y sus aliados. En este contexto, recurrió a una estratagema que le funcionó en el pasado.
Ahora, apela al nacionalismo para movilizar a sus seguidores y distraer la atención de los problemas internos. Así, fue que convocó a un referendo consultivo el 3 de diciembre pasado.
En la consulta, preguntó a sus ciudadanos si apoyan reclamar el territorio del Esequibo, que le fue robado por el Reino unido. Para crear una nueva provincia llamada “Guayana Esequiba”.
El Esequibo es una zona de 160 mil km2 que se extiende desde el río Esequibo hasta la frontera con Brasil. Y, representa casi dos tercios del territorio de Guyana. Venezuela reclama la soberanía sobre el área desde el siglo XIX, cuando se independizó de España y heredó los límites coloniales.
La convocatoria del referendo sobre el Esequibo tiene varios objetivos para Maduro, tanto internos como externos.
Por un lado, busca fortalecer su base política y social, al presentarse como el defensor de la soberanía y la integridad territorial de Venezuela. También busca desviar la atención de la crisis que vive el país y de las demandas de la oposición y de la sociedad civil.
Por otro lado, busca presionar y provocar a Guyana y a sus aliados, al crear una situación de tensión y conflicto en la región. También busca ganar tiempo y espacio para negociar una salida a la crisis, que le permita mantener el poder o al menos obtener garantías e inmunidades.
Sin embargo, la maniobra de Maduro también implica riesgos y desafíos, tanto internos como externos.