Extenso derretimiento del hielo marino en la Antártida

El hielo marino antártico ha alcanzado su extensión más baja en julio desde que comenzaron los registros hace 45 años, según el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de EE.UU. (NSIDC).

El hielo marino antártico se derrite cada verano y se congela en invierno. Sin embargo, en julio de este año, su extensión no ha regresado a los niveles esperados. Según el NSIDC, en julio de este año se registraron 2,6 millones de kilómetros cuadrados menos de su tamaño habitual, un área tan grande como Argentina. La cifra se sitúa 1,6 millones de kilómetros cuadrados por debajo del récord mínimo anterior de julio de 2022.

Este marcado e inesperado cambio ha supuesto el paso de una tendencia lineal ligeramente positiva entre 1978 y 2015, a una tendencia fuertemente negativa desde 2016. Los investigadores creen que la fuerza de los vientos del oeste alrededor de la Antártida, relacionados con el calentamiento global, podrían contribuir a esta pérdida.

El derretimiento del hielo en la Antártida tiene un impacto significativo en el clima mundial. El hielo marino ayuda a reflejar la luz solar de vuelta al espacio, lo que ayuda a mantener la Tierra fría. Cuando éste se derrite, deja al descubierto el agua oscura del océano, que absorbe la luz solar y calienta el planeta.

El derretimiento del hielo marino también tiene un impacto en el ecosistema antártico. El hielo marino proporciona un hábitat para una variedad de animales, incluyendo focas, pingüinos y ballenas. Cuando el hielo marino se derrite, estos animales pierden su hogar y su fuente de alimento.

Este proceso es una alarmante señal del cambio climático. Es importante que tomemos medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar los efectos del cambio climático.