Qué se sabe de la nueva constitución cubana
La nueva Carta Magna de la Isla, supone una modernización del estado y una ruptura histórica.

La Asamblea Nacional cubana comenzó el pasado sábado en La Habana el examen del bosquejo de nueva Constitución, que sustituirá a la promulgada en 1976, y en la cual no se hace más referencia al comunismo, el nuevo texto sometido a los 600 miembros del órgano legislativo confirma, solamente, según lo expresado por el diario Granma, que «se ratifica el carácter socialista de la revolución y el rol directivo del partido», como así también la validez del modelo político y económico» cubano.
Entre los temas debatidos el viernes en la discusión en la Asamblea y un diputado observó que «la Constitución de 1976 mencionaba en su artículo 5 la construcción del socialismo y el avance hacia una sociedad comunista, y hoy en cambio se hace referencia solo al socialismo».
Más de 180 de los 224 artículos, divididos en 11 títulos, 24 capítulos y 16 secciones de la nueva Carta Magna, serán razonados en otra jornada más de la primera sesión ordinaria de la IX Legislatura en el Palacio de Convenciones de La Habana.
Díaz-Canel, quien reemplazó al ex presidente Raúl Castro en abril, se dirigía a los legisladores en una reunión de la asamblea nacional después de debatir y luego aprobó una reforma de la constitución.
La nueva constitución busca mantener el sistema socialista unipartidista de Cuba, pero instituir una importante reorganización gubernamental y allanar el camino para el reconocimiento de los negocios privados y los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales. Ahora se debatirá públicamente hasta noviembre antes de someterse a un referéndum.
El gobierno también está intentando hacer cambios en su economía de mando de estilo soviético, con el objetivo de crear un socialismo «próspero y sostenible», desde que los precios del petróleo se desplomaron en 2014 y Venezuela, el aliado más cercano y principal socio económico y proveedor de combustible del país, comenzó a tener dificultades, los ingresos en divisas y el suministro de petróleo cayeron constantemente, forzando recortes en las importaciones y el uso de energía.

La nueva constitución será “atrevida, innovadora y revolucionaria”.
La economía creció sólo un 1.1% durante el primer semestre, dijo Diaz-Canel, en comparación con el 2% pronosticado por el gobierno para 2018 y el 1.6% de crecimiento el año pasado, el gobierno cubano ha dicho que necesita un crecimiento anual de hasta 7% para recuperarse y desarrollarse completamente del colapso del ex benefactor de la Unión Soviética y, más recientemente, de la crisis en Venezuela.
La caída en los ingresos ha llevado a Cuba a posponer los pagos a muchos proveedores y socios de empresas conjuntas en los últimos dos años, admitió el gobierno, Díaz-Canel pidió el domingo al país que trabaje más para mejorar la economía y «restablecer gradualmente la credibilidad financiera de la nación».
Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea, dijo que «es importante recordar que muchas cosas en 1976 eran diferentes, y el país y el mundo vivían otras situaciones», «sobrevino la destrucción del campo socialista y todo el resto que ya conocemos». Lazo agregó que sucesivos congresos del Partido «tomaron en cuenta la situación de cambio, no mencionando más la palabra comunista».
Lo que no quiere decir, concluyó, que «renunciamos a nuestras ideas, solamente que en nuestra visión pensamos en un país socialista, soberano, independiente, próspero y sostenible», la próxima Constitución reconoce «otras formas de propiedad como la cooperativa, la propiedad mixta y la propiedad privada», lo que también supone un importante cambio respecto al documento de 1976 que solo reconoce la propiedad estatal y la cooperativa agropecuaria.
Igualmente, el anteproyecto admite la inversión extranjera como «una necesidad y un elemento importante del desarrollo», en un intento de atraer divisas para paliar la endémica crisis económica que atraviesa el país y que podría agravarse si aumenta la inestabilidad en Venezuela, su principal socio y valedor.
Aunque ya de plano son limitados los cambios que la nueva Constitución impondrá en el ámbito político, donde se mantiene el «carácter socialista del sistema político y social» bajo el mando del Partido Comunista de Cuba como «fuerza dirigente superior».
Aunque «la situación financiera sigue siendo tensa … forzando la adopción de medidas adicionales para controlar los recursos en la segunda mitad», Díaz-Canel ha afirmado citando el mal clima y una caída en el turismo y otras ganancias de exportación.
Destaca la redefinición del matrimonio como la «unión entre dos personas», lo que abriría la puerta a la legalización de la unión igualitaria, uno de los principales reclamos del colectivo LGTBI en el país caribeño, «no dice que se trata del matrimonio igualitario, solo rompe con esa barrera de modo que en el futuro se podría incorporar», explicó el secretario del Consejo de Estado, que destacó la necesidad de modificar aspectos del Código Civil y de Familia para hacer realidad este objetivo.
Finalmente, el cambio constitucional supondrá un enorme paso en favor de los derechos LGTBI en un país donde hasta hace solo unas décadas se perseguía a los homosexuales como «lacras sociales» y en muchos casos se les internaba en campos militares de trabajo, pero se mantiene el carácter laico del Estado y se ratifica la libertad religiosa, un asunto que durante décadas ha sido fuente de críticas de disidentes y organizaciones extranjeras que acusan al Gobierno cubano de reprimir el derecho de culto.
El proyecto de constitución se llevó este sábado al Parlamento, que finalmente incidirá también en modificar once leyes y los códigos Penal, Civil y de Familia tras la ratificación de la próxima Carta Magna, el anteproyecto sometido a debate modifica 113 artículos, añade 87 y elimina 11 respecto a la actual Constitución de 1976 para adaptar el nuevo texto a la realidad económica, política y social de Cuba.
Los 600 diputados, estarán previsiblemente aprobando hoy el anteproyecto, que aún deberá someterse a una consulta popular y que, como último paso, será refrendado para que los ciudadanos isleños autoricen la puesta en vigor de la nueva carta magna cubana.