Un resultado demasiado ajustado
Honduras vive horas de incertidumbre tras el anuncio del Consejo Nacional Electoral (CNE), que describió como “empate técnico” la contienda presidencial entre Nasry “Tito” Asfura y Salvador Nasralla. Con el 57% de las actas transmitidas, ambos candidatos aparecían prácticamente igualados: 39,91% frente a 39,89%, separados por apenas 515 votos.
La presidenta del CNE, Ana Paola Hall, pidió calma y paciencia mientras se contabilizan las actas pendientes y se realiza el escrutinio especial. Por ley, el organismo tiene hasta 30 días para declarar los resultados oficiales.
Los candidatos y el contexto político.
Asfura, del Partido Nacional y respaldado públicamente por Donald Trump, compite contra Nasralla, del Partido Liberal, en una elección marcada por acusaciones de fraude anticipado y un estado de excepción vigente desde 2022. La oficialista Rixi Moncada, apoyada por la presidenta Xiomara Castro, quedó en tercer lugar con el 19% de los votos.
Trump intervino en la campaña con mensajes en los que prometió apoyo financiero a Honduras si ganaba Asfura y anunció su intención de indultar al expresidente Juan Orlando Hernández, condenado en EE.UU. por narcotráfico. La oposición denunció esa postura como una injerencia directa en el proceso electoral.
Promesas y sombras.
Asfura, exalcalde de Tegucigalpa, ha prometido impulsar inversión y empleo, aunque su partido arrastra escándalos de corrupción ligados a Hernández. Nasralla, en su cuarto intento por llegar a la presidencia, centró su campaña en combatir el nepotismo y la corrupción, acusando a la actual élite política de “secuestrar” el Estado.
Un país en tensión contenida.
A pesar de lo ajustado del conteo, los medios locales reportaron un ambiente sin grandes manifestaciones. Los comicios fueron vigilados por observadores internacionales, incluida la OEA. El próximo gobierno enfrentará enormes retos: más del 60% de los hogares vive en pobreza y el país sigue marcado por la violencia del crimen organizado y la corrupción institucional.
