Venezolanos crean favela en Brasil
Devido a un aumento en la falta de viviendas en Brasil, migrantes venezolanos encuentran refugio en favela forestal

La aguda crisis de vivienda en Sao Paulo y otras grandes ciudades, está alimentando el aumento de asentamientos precarios, en áreas ambientalmente protegidas. El asentamiento ilegal o favela, es conocido como «Veneza City» y es el hogar de 31 familias migrantes venezolanas.
Desde 2018 y con Venezuela enfrentando el colapso económico y social, muchos perdieron sus trabajos, mientras la comida se volvía cada vez más escasa. «El dinero que ganamos no fue suficiente para comprar comida», Indica un migrante de esta favela, «si compramos arroz, no podríamos comprar pollo».
Desde Venezuela a unos 300 km, miles tomaron autobuses a la frontera más septentrional de Brasil, Roraima. Una verdadera zona cero para los venezolanos que buscan asilo en el país. De ellos aún existen miles, que duermen en la calle o viven al algún refugio de las Naciones Unidas.
Hace varios años, gran parte de ellos, se les trasladó a otras ciudades, como Sao Paulo. La medida fue parte de un programa de reubicación que reasentó a más de 100 mil venezolanos desde su lanzamiento hace cinco años.

Dentro de la favela, sin embargo, muchos venezolanos, solo están tratando de sobrevivir
Si bien, las familias, inicialmente encontraron trabajo y vivienda en Sao Paulo, todo cambió con la pandemia de Cpvid-19. Hoy, viven en la favela. Un asentamiento ilegal de ocupas, conocido como «Veneza City», hogar de otras 30 familias venezolanas.
Las chozas de madera improvisadas se ensamblan dentro de una de las últimas áreas restantes del bosque del Atlántico en Sapopemba. Un vecindario extenso en el este de la ciudad.
La prolongada crisis de vivienda de Sao Paulo, exacerbada por la pandemia y el aumento del costo de la vida, y empujó a más y más familias a la favela en los últimos años.
Algunos de los barrios, incluida esta favela, provoca la ira de los ambientalistas locales. Ya que se construyen en un área oficialmente protegida de la rica biodiversidad del Bosque Atlántico.
Para despejar el espacio para las propiedades, los ocupantes ilegales necesitan deforestar. A veces derribando árboles que tienen siglos de antigüedad. Los expertos señalan que los altos alquileres y las dificultades económicas significan que siempre habrá una cohorte de ocupantes dispuestos.
Mientras que el ayuntamiento carece de recursos suficientes para abordar la escala del problema. Las ocupaciones forestales ilegales también se aprovechan para generar ganancias y lavar dinero.
Para esto, grupos criminales, incluidos carteles de drogas, como el Primer Comando Capital, uno de los más poderosos de Brasil. «Es un negocio inmobiliario muy lucrativo para el crimen organizado», afirma el ambientalista Gilberto Natalini. Un exconcejal de la ciudad de Sao Paulo.
El fenómeno es diferente de los movimientos de vivienda organizados. Estos, generalmente ocupan propiedades privadas como edificios o parcelas de tierra. Muchos, que a menudo abandonados o debido a impuestos, para impulsar viviendas más asequibles.
Junto a la ciudad de Veneza, en la misma área forestal protegida se encuentra otra ocupación ilegal. Que según señalan los lugareños, está vinculada al crimen organizado. Una investigación civil lanzada por los fiscales del estado de Sao Paulo indicó el uso previo de «motosierras» y «fuego» para despejar el área.