Continua la recesión en EEUU, pero menos dura

Seguirá la recesión a pesar de que el último informe mostró una reducción de la caída del PIB en el segundo trimestre
Estados Unidos se encuentra en una contracción económica desde principios de 2022. En medio del aumento de los precios del combustible, el consumidor y los fuertes aumentos de las tasas de interés de la Fed. A pesar de cumplir con todos los criterios para una recesión, la administración Biden niega vehementemente que la economía estadounidense esté en declive.
El departamento de comercio de Estados Unidos actualizó sus datos sobre la caída del PIB del segundo trimestre. Corrigiéndolos para mostrar una recesión económica menor que la reportada anteriormente. Originalmente, los datos sugerían que la economía estadounidense se contrajo un 0,9%, en comparación con el segundo trimestre de 2021.
Los últimos datos basados en una mejor información sobre la actividad de los consumidores sugieren que en realidad se contrajo un 0,6%. Sin embargo, incluso con los datos actualizados, la economía en contracción todavía cae en la definición técnica de una recesión.
Según numerosos sistemas de evaluación que consideran que dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo del PIB representan una recesión. Tras registrar reducciones del PIB en el primer y segundo trimestre. La caída neta del PIB estadounidense este año se sitúa en el 1,6% respecto al primer semestre de 2021. Esto, convierte a 2022 en el peor periodo para la economía estadounidense desde el inicio de la pandemia.

La noción de que la economía estadounidense está en recesión es ferozmente desafiada por la administración Biden y el presidente de la reserva federal
Tanto Biden, como Jerome Powell, citan los bajos niveles de desempleo y alto gasto, poco características para las economías que sufren una contracción. «No creo que Estados Unidos esté actualmente en recesión, y la razón es que hay demasiadas áreas de la economía que están funcionando demasiado bien», comentó Powell.
La noticia de la crisis, golpeó a la administración mientras los demócratas se preparan para las elecciones intermedias de noviembre de 2022, potencialmente difíciles. Los estrategas del partido temen que las bajas calificaciones del presidente Joe Biden, el fracaso en impulsar su agenda legislativa.
El plan reconstruir mejor en su totalidad y una serie de problemas económicos hundirían los resultados de los demócratas. Mientras, los estadounidenses experimentan la presión de la inflación de décadas de alta en los últimos tiempos, quejándose del aumento de los costos de comestibles y combustible, entre otros.
Biden culpa a la operación militar especial rusa en Ucrania por el aumento de precios, a pesar de que la inflación comenzó a batir récords en noviembre de 2021. Pero, los precios promedio del combustible, establecieron máximos históricos este verano tras la decisión de eliminar el petróleo ruso.
Esto provocó que el suministro interno de gasolina cayera y los precios mundiales del crudo aumentaran. El precio del combustible retrocedió ligeramente después de que Washington decidió eliminar el impuesto federal a la gasolina. Que instó a los estados a hacer lo mismo a nivel local.
Por su parte, los republicanos culpan del aumento histórico de la inflación a las políticas demócratas y al gasto exorbitante, incluido el alivio de COVID la primavera pasada. Este gasto también provocó oposición dentro del propio Partido Demócrata, con el senador Joe Manchin negándose a permitir que el proyecto de ley “Build Back Better” de Biden pasara la cámara alta.