Duque nombra a nuevos ministros en su gabinete

El presidente de Colombia, Iván Duque, designó este lunes al canciller Carlos Holmes como nuevo ministro de Defensa, tras el escándalo que precipitó la salida de su antecesor por un bombardeo militar que mató a ocho menores reclutados por rebeldes disidentes.
“El ministro Carlos Holmes deberá seguir adelante en la lucha contra el narcotráfico en nuestro país”, dijo el mandatario.
Más tarde anunció en su cuenta de la red Twitter el nombramiento de la exsenadora Claudia Blum en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Duque se vio forzado a ajustar su gabinete casi un año y medio después de haber llegado al poder con las banderas de la derecha.
Con la popularidad en rojo, lidia con una cascada de cuestionamientos a su política de seguridad frente a los focos de violencia alimentados por el tráfico de drogas, que se han recrudecido desde el desarme de la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxista) , convertida en partido político luego de firmar la paz en 2016.
De 68 años, el ahora excanciller asume en reemplazo del empresario Guillermo Botero, quien dimitió el pasado miércoles antes de encarar una moción de censura en el Congreso que lo habría obligado a dejar el gobierno.
Durante el debate de la moción, el senador opositor Roy Barreras denunció que Botero “ocultó” la muerte de los ocho menores en un ataque lanzado a finales de agosto contra guerrilleros que se marginaron del acuerdo de paz.
Las víctimas, de entre 12 y 17 años, habían sido enroladas a la fuerza por el grupo que fue atacado en la selva del sur del país, según autoridades.
El nuevo ministro de Defensa se comprometió a realizar una gestión transparente y pulcra al frente de las Fuerzas Armadas.
“Que quede claro que en Colombia no se toleran la violaciones a los derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario”, enfatizó.
Holmes agregó que profundizará la “lucha contra el narcotráfico” dentro de la campaña emprendida por Duque para reducir los cultivos de la materia prima de la cocaína, que alcanzaron las 169.000 hectáreas en 2018.