Jueza ordena aprensión a exjefe de campaña de Donald Trump
Manafort permanecía en régimen de arresto domiciliario desde que se entregó al FBI

Jueza ordena enviar a prisión a Paul Manafort, quien fue jefe en la campaña del presidente de Estados Unidos Donald Trump, a quien se le culpa por dos casos en la investigación de la trama rusa, causando la obstrucción a la Justicia por contactar con testigos de su causa, enmarcada en las pesquisas de la trama rusa.
El exjefe de campaña del magnate se declaró hoy no culpable de los dos últimos cargos de los que ha sido acusado: conspiración de obstrucción a la Justicia y de entorpecerla.
Mueller también atribuyó estos delitos a Konstantin Kilimnik, el hombre de confianza de Manafort en Ucrania y vinculado directamente con el Kremlin, que se vio afectado por primera vez en la instrucción del caso.
Ambos trataron supuestamente de persuadir “de manera corrupta” a dos testigos entre febrero y abril para influir en los testimonios oficiales en relación al caso ante el tribunal federal del Circuito del Distrito de Columbia.
Manafort encara en los próximos meses dos juicios ante dos cortes en las que se ha declarado no culpable: uno fijado para el 24 de julio en Virginia y otro que comenzará el 17 de septiembre en Washington, apenas dos meses antes de las elecciones legislativas de noviembre.
Mueller investiga desde mayo de 2017, de manera independiente al Gobierno, supuestos lazos entre miembros de la campaña de Trump y el Kremlin para interferir en las elecciones de 2016.
El exjefe de campaña, según Mueller, trabajó entre 2006 y 2017 para Gobiernos extranjeros, incluido el Ejecutivo prorruso del expresidente ucraniano Víktor Yanukóvich (2010-2014) y otros oligarcas rusos, a los que ayudó a mejorar su imagen en Washington sin comunicárselo al Gobierno, lo que constituye un crimen.
El proceso contra él es producto de la trama rusa, pero no está relacionada directamente con las actividades que desempeñó entre junio y agosto de 2016 como jefe de la campaña del ahora mandatario, de donde dimitió tras descubrirse que había ocultado el cobro de 12,7 millones de dólares por asesorar a Yanukóvich.