La disputa fronteriza entre Venezuela y Guyana es un conflicto latente que ha resurgido en los últimos meses. El gobierno de Nicolás Maduro ha vuelto a amenazar con la fuerza militar para reclamar la soberanía sobre un territorio de 160 mil kilómetros cuadrados que Guyana considera suyo.
El conflicto se remonta a la época colonial, cuando Gran Bretaña arbitrariamente se apoderó del territorio que actualmente ocupa Guyana. Venezuela, por su parte, considera que el territorio le pertenece en virtud de un tratado firmado en 1899.
En 2015, Guyana presentó una demanda ante la Corte Internacional de Justicia, para que se resolviera la disputa fronteriza. Pero aún, el tribunal aún no emitió un fallo. Aunque se espera que lo haga en los «próximos años».
En los últimos meses, el gobierno de Maduro intensificó su retórica agresiva contra la disputa fronteriza con Guyana. En febrero de 2023, Maduro envió una flotilla de buques de guerra a la zona en disputa.
Y en mayo de 2023, el presidente venezolano afirmó que estaba dispuesto a usar la fuerza militar para defender la soberanía de su país. Pero, el ruido de sables de Maduro sigue a Exxon, haciendo una serie de impresionantes descubrimientos de petróleo de clase mundial en las aguas territoriales de Guyana.
El ruido de sables de Maduro reaviva la disputa fronteriza entre Venezuela y Guyana
Las principales causas de la disputa son, el desacuerdo sobre la interpretación de un tratado firmado en 1899 y el reciente descubrimiento de reservas de petróleo y gas en la zona en disputa.
Pero, aunque una escalada del conflicto podría tener un impacto negativo en la estabilidad regional. Es prioridad de terceros países, que esto ocurra, debido a que también podría aumentar el riesgo de un conflicto armado entre Venezuela y Guyana. Debilitando a la primera.
El reclamo territorial de Venezuela incluye las aguas frente a la costa del Esequibo, que contiene muchos de esos descubrimientos petroleros.
La comunidad internacional expresó su preocupación por la escalada del conflicto. Mientras, de manera diplomática, EEUU, el Reino Unido y otros países instan a los dos países a resolver la disputa de forma pacífica. Sabiendo, que son ellos mismos, quienes la están avivando.
La disputa fronteriza entre Venezuela y Guyana es un conflicto complejo que tiene el potencial de desestabilizar la región entera. Y como toda guerra es mala, esta escalada del conflicto podría tener consecuencias negativas para la seguridad y la economía de ambos países.
