Primeras impresiones del diálogo en San Vicente
Los presidentes de Guyana y Venezuela inician el diálogo con la mediación de varios actores regionales e internacionales
Nicolás Maduro e Mohamed Irfaan Ali, se reunieron este jueves en San Vicente y las Granadinas con la mediación de varios actores regionales e internacionales para iniciar el diálogo sobre la disputa territorial que se remonta a 1899.
La controversia territorial por el Esequibo se dirime, sobre una región de 159 mil km2 que abarca dos tercios del territorio de Guyana. Una que Venezuela reclama como suya desde que se independizó de España en 1811.
El diálogo, que duró unas dos horas, fue la primera entre los mandatarios entre ambos países desde que se inició el proceso judicial en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya en 2018. Una, en la que Venezuela se ha negado a participar.
El encuentro fue propiciado por el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves. Es él quien ocupa la presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), y contó con la observación de Brasil, el Caricom y la ONU.
Y así estaban las cosas, cuándo comenzó la discusión bilateral
Este inicio de diálogo se produjo en medio de una escalada de tensiones entre los dos países, tras una serie de acciones y declaraciones del gobierno de Maduro, que ha intensificado su reclamo sobre el Esequibo.
El 3 de diciembre, Venezuela realizó un referendo consultivo en el que el 95% de los votantes apoyó la anexión del Esequibo. Así como el desconocimiento de la CIJ. El referendo es desconocido, tanto por el presidente de Guyana, como por la oposición venezolana.
Luego del referendo, Maduro propuso crear un nuevo estado venezolano en el Esequibo y una zona de defensa integral en la frontera con Guyana. Además, ordenó a las empresas estatales explotar los recursos mineros y energéticos de la zona en disputa.
Incluso, ordenó a la armada venezolana, la defensa del mar territorial. Esta, interceptó y detuvo a dos barcos pesqueros guyaneses que, según Caracas, estaban en aguas venezolanas.
Guyana rechazó estas acciones y denunció una violación de su soberanía e integridad territorial. Mientras, pidió el apoyo de la OEA, la ONU, el Caricom y otros países para defender sus derechos sobre el Esequibo. También ha reiterado su confianza en la CIJ como el órgano competente para resolver el diferendo.
Diálogo bajo un clima de respeto y cordialidad
Según los comunicados oficiales de ambos países, la reunión se desarrolló en un clima de respeto y cordialidad. Lo que permitió, abordar los asuntos derivados de la controversia fronteriza y buscar fórmulas de entendimiento y cooperación.
Los presidentes expresaron su voluntad de mantener el diálogo y evitar acciones que puedan escalar la situación. Ali afirmó que la reunión fue «franca y constructiva», y que se enfocó en «reducir la intensidad del conflicto y establecer un diálogo apropiado».
Maduro, por su parte, calificó la reunión de «positiva y necesaria», y señaló que se abrieron «caminos de diálogo y entendimiento». También ratificó que Venezuela no reconoce la jurisdicción de la CIJ. Razón por la que busca una solución pacífica y negociada a la controversia, basada en el Acuerdo de Ginebra de 1966.
Los presidentes acordaron mantener el contacto y la comunicación, y designaron a sus cancilleres como los encargados de dar seguimiento al diálogo. Asimismo, agradecieron la gestión de Gonsalves y el apoyo de los demás actores regionales e internacionales.
Un paso hacia la paz y la integración
El diálogo entre Guyana y Venezuela ha sido valorado positivamente por diversos sectores políticos, sociales y académicos. Estos, lo consideran un paso hacia la paz y la integración de la región.
También ha sido respaldado por el secretario general de la ONU, António Guterres. Tambien, expresó su apoyo al diálogo y ha instado a las partes a evitar acciones que puedan escalar la situación.
El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ofrecido sus buenos oficios para facilitar el acercamiento. Felicitó a los presidentes por su disposición al diálogo y ha destacado la importancia de la diplomacia y el multilateralismo para resolver los conflictos.
El diálogo entre Guyana y Venezuela es una oportunidad para rebajar las tensiones y buscar una solución pacífica y duradera a la controversia del Esequibo. Se trata de un conflicto que no solo afecta a los dos países, sino también a la estabilidad y la integración de la región.
Implica el riesgo de una escalada militar que podría tener consecuencias graves para la población y el medio ambiente. El Esequibo es una zona de gran riqueza natural y cultural, que alberga a diversas comunidades indígenas, afrodescendientes y mestizas, que comparten una historia y una identidad propias.
Estas comunidades merecen vivir en paz y armonía, sin ser objeto de disputas políticas y económicas. También merecen tener voz y participación en el proceso de solución del conflicto, que afecta directamente sus derechos e intereses.
El diálogo entre Guyana y Venezuela debe estar basado en el respeto mutuo, el derecho internacional y la búsqueda del bien común. Debe tener en cuenta la historia, la geografía y la realidad de la zona en disputa, así como las aspiraciones y necesidades de sus habitantes.
Debe promover la cooperación y el desarrollo sostenible, en beneficio de ambos países y de la región. Y debe contribuir a la construcción de una paz duradera y justa, que garantice la convivencia y la integración de los pueblos.
