La hallaca: Símbolo de las navidades venezolanas

La mesa decembrina de los venezolanos tiene un plato central indiscutible: la hallaca. Una tradición que reina en las celebraciones de la navidad, y no sólo en el país caribeño, sino donde la diáspora ha llevado a cerca de 6 millones de sus habitantes por diferentes países del mundo.
Hay una expresión hecha por Arturo Uslar Pietri, uno de los más grandes intelectuales de Venezuela durante el siglo XX, quien dijo lo siguiente: “Hallaca es una forma ejemplar de entender el mestizaje de culturas, porque dentro de esa torta hay pasas y aceitunas de los romanos y Los griegos, la alcaparra y la almendra de los árabes, el ganado vacuno de los capitanes colonizadores de Castilla, y el maíz y las hojas de plátano de los autóctonos ”.
Ese es el verdadero constructo de la venezolanidad, un grupo humano surgido del mestizaje, de la influencia de personas venidas de muchas tierras lejanas que se integraron a comunidades que les recibieron de brazos abiertos, ofreciendo un hogar, la oportunidad de crecer, formar familias, patrimonios y un legado que hoy se ha convertido en una semilla que se está sembrando por todos los continentes de este planeta.
La época navideña es entrañable para los venezolanos, hoy en día prácticamente no existe una familia en en país, que no tenga al menos un miembro que haya migrado, buscando las oportunidades que el otrora próspero país ya no ofrece. Es por esta nostalgia que las hallacas saben mejor cuando se está lejos.

Una tradición rota por las circunstancias
Cada familia tiene una forma de prepararlas su hallaca, cada región del país tiene una variante, pero la base seguirá siendo la misma: carne de puerco, res o gallina; en muchas ocasiones una mezcla de ellas. Las esenciales alcaparras, aceitunas y pasas no pueden faltar, junto a la masa de harina de maíz y la hoja de bijao o plátano.
Para el grueso de los venezolanos que están en el país, elaborarlas tiene un costo prohibitivo. Elaborar una hallaca tiene un costo cercano a 1$. En un país donde el salario mínimo no llega a 2$, cubrir el costo de 30 hallacas es casi imposible, salvo que los ingresos familiares sean más elevados.
La resiliencia de los venezolanos sigue pasando las pruebas, hasta ahora los nacidos en la rivera del Arauca vibrador han demostrado que su espíritu es indoblegable.