La defensa a las leyes de control de armas tendrá un precio político
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, instó al congreso a prohibir las armas de asalto o aumentar la edad para comprarlas de 18 a 21 años. También pidió ampliar las verificaciones de antecedentes y las leyes de «bandera roja», que permitirían retirarlas a aquellos que pueden ser un peligro para ellos mismos o para otros.
Hablando en el Salón Este de la Casa Blanca, el presidente Biden pidió a los legisladores estadounidenses que tomen medidas para frenar la violencia en el país. Aprobando leyes de control de armas.
«Pasamos horas con cientos de miembros de las familias” de los tres tiroteos masivos en Nueva York, Texas y Oklahoma. “Y estaban rotos, sus vidas nunca serán las mismas», señaló Biden.
«Tenían un mensaje para todos nosotros. Hagan algo. Solo hagan algo. Por el amor de Dios, haz algo». En sentido de la promoción y aprobación de estas leyes de protección.
Anteriormente, el presidente se dirigió a los defensores de la Segunda Enmienda. Y las leyes, que protege el derecho a tener y portar armas, argumentando que «no es absoluta».
La posición de Biden sobre las leyes, es acertada y equivocada a la vez
«Estrictamente hablando, el presidente Biden tiene razón en que ningún derecho constitucional es absoluto. Pero, los derechos protegidos por la Constitución siguen siendo amplios y fundamentales para nuestra forma de vida”.
“Por lo tanto, la corte suprema no permitirá que esos derechos y las leyes, se reduzcan sin una muy buena causa», afirma el Dr. Nicholas Waddy, analista político y profesor asociado de Historia en SUNY Alfred.
«Tampoco hay duda de que decenas de millones de estadounidenses consideran cualquier intento de regular los derechos de armas”.
“Sería parte de una campaña cínica para desarmar a la ciudadanía y empoderar al gran gobierno para que haga lo que le plazca. Por lo tanto, los demócratas pagarán un precio político por revivir su vieja y cansada agenda anti armas».
Hay ciertas fallas en el enfoque de Biden y los demócratas, según Waddy. Primero, la mayoría de los estadounidenses que sufren violencia relacionada con las armas de fuego son asesinados por pistolas, no por «armas de asalto».
En segundo lugar, la discriminación por edad tampoco es la respuesta al problema de los tiroteos masivos, insiste el analista político. «Al menos los demócratas son consistentes: apoyan la discriminación racial, de género y de edad cuando les conviene», argumenta.
Por lo que, promulgar el control de armas «durante mucho tiempo es una obsesión de la mayoría de los demócratas e izquierdistas». Por lo que, rutinariamente usan las noticias de violencia armada para culparlas, a los propietarios y a los fabricantes de armas, según Waddy.
